Claudio Contardi fue condenado a 19 años de prisión por violar a Julieta Prandi

El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana condenó este martes a Claudio Contardi a 19 años de prisión por haber violado a su entonces esposa, la actriz y conductora Julieta Prandi, en un marco de violencia de género persistente. La sentencia incluyó además la inmediata detención del imputado, quien fue trasladado primero a la DDI de Campana y luego a una comisaría en Matheu, partido de Escobar.

La pena fue impuesta por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado, y representa un fallo clave en la lucha contra los abusos dentro del matrimonio. La querella había solicitado 50 años de cárcel y la fiscalía, 20. El abogado de Prandi, Fernando Burlando, consideró que los 19 años “son razonables” y sostuvo que el caso “es un antes y un después”.

Julieta Prandi expresó que la condena marca un punto de inflexión en su vida personal. “Hoy vuelvo a vivir”, afirmó al salir del Tribunal. También subrayó: “No es no, incluso estando casada”, en alusión al reconocimiento judicial del abuso sexual en el matrimonio. Visiblemente conmovida, recordó el desgaste emocional que implicó el proceso judicial y destacó el apoyo de su pareja, Emanuel Ortega, y sus hijos.

Durante la jornada se conocieron además detalles del traslado de Contardi, quien pasará la noche detenido en Escobar y será trasladado a la Unidad Penal N°41, donde también cumple condena el sacerdote Julio César Grassi. La defensa del empresario, encabezada ahora por Fernando Sicilia, ya anticipó que pedirá su libertad.

La madre de Prandi, Cristina Caballero, denunció públicamente que su hija fue sometida a rituales de tipo umbanda por parte de Contardi y alejada de su entorno familiar. El abogado Javier Baños, también integrante del equipo legal de Prandi, definió el fallo como “ejemplar” por su función social.

En declaraciones posteriores, Prandi aseguró: “Contardi es un ser que merece todo mi desprecio. Hoy hay Justicia y, pese a todas las dudas que tenía, la encontré”. También resaltó que sus hijos “no quieren verlo” y que esa decisión está respaldada por informes de profesionales de Niñez y psicología. Finalmente, dejó un mensaje claro a la sociedad: “La víctima no puede pedir ayuda, hay que sacarla de ahí”.